Cuál es la importancia de las historias

El sábado amanecí viendo un documental de Netflix, se llama A trip to infinity. Me ha empezado a gustar esto de jugar a la filosofía, intentar entender o al menos construir versiones que expliquen de alguna forma ciertos misterios de la vida, del universo y de fuerzas mayores, desconocidas. 

Creo que lo más divertido es el juego de entrevistarme, de conocerme a través de esas preguntas y descubrirme en certezas extrañas, en dudas nuevas.

Estoy segura que no entendí la mitad del documental que busca explicar el infinito: qué es, qué significa, si es posible verlo. Ideas que superan nuestra capacidad de entendimiento, por cierto: también se cuestionan si nuestra creatividad es infinita. No tengo esa respuesta.

Pensar nuestro pequeñísimo lugar en el universo, la tierra como nuestra casa en un sistema del que desconocemos tanto, me inspira. Me motiva recordar lo poco que sé, tantas preguntas sin respuesta y saber que no estoy sola en eso. Es liberador no saber y aceptarlo, verlo como una oportunidad maravillosa de entregarse y aprovechar lo que se tiene. 

Vi todo el especial, admito que paré y retrocedí varias veces tratando de entender algunas ideas que no comprendí a la primera -a la segunda tampoco-. Me fascinó encontrar a estos científicos -matemáticos, físicos- reconocer los límites de la ciencia, su incapacidad para explicar uno de los grandes misterios de la humanidad. 

Les hicieron una pregunta sobre un momento que creo todos hemos vivido: cuando nos cuestionamos por primera vez el pequeño lugar que ocupamos en el universo, cuando vemos el cielo y pensamos en el infinito. Uno de los científicos contó que se sintió insignificante, que nada, ni siquiera él importaba mucho, hasta que pasó algo importante: se enamoró. 

Importa lo que creemos y lo que creamos, importan las historias que nos contamos, lo que decidimos construir con la información que tenemos y también con lo que no sabemos explicar. 

Es liberador usar eso que no somos capaces de entender como un combustible para potenciar la vida, el tiempo y el amor. Pienso en lo poderoso que es recordar lo breve de este momento de conciencia que tenemos. 

Me gusta no saber cosas y me gusta contarme historias, hay cuentos que me disfruto, otros con los que me torturo, unos son útiles como herramientas que saco de una caja cuando los necesito, otros son desechables, entretenimiento fugaz, distractores de defensa personal y de autodestrucción. 

La importancia de las historias es que nos mantienen con vida. Nos permiten entender e interpretar la realidad; disfrutar y entretenernos; simplificar y liberar espacio para nuevas construcciones; también encasillarnos, hacer concesiones cómodas y adecuar limitaciones. 

Trato de prestar más atención a mis insumos, mis verdades, los cristales que me pongo para ver y para escribir, qué tan seguido edito esos textos vitales y si lo estoy haciendo con compasión, con criterio, cambiando de perspectiva para enriquecerlos. Porque cada vez estoy más convencida de que soy las historias que me cuento -que me creo-.

Quizás mi interés por contar historias vino del disfrute de ser primero receptora de ellas, de enamorarme a través de las letras de otros para luego intentar devolverlas al mundo y a mí, casi con desespero, como una necesidad básica. 

Seguir escribiendo esta historia que se alimenta de tantas otras, que se transforma y se comparte para que el proceso pueda continuar. Para que la vida siga contándose.
Siga contando.

Autor: Sofía Elena Álvarez

Creadora. Alma Caribe. Periodista

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s