
En agosto le escribí a mi yo del pasado y ahora que está terminando el 2020 decidí hacer el ejercicio de escritura a mi yo del futuro por primera vez. Lo leí en un post sobre cosas que hacer antes de finalizar el año y me gustó la idea.
No va tan lejos como esas premisas de imaginar cómo te ves en 5 o 10 años, es un mensaje para Sofía en diciembre del 2021. Me parece que es algo provechoso de hacer para recordar lo importante, para enfocarnos y reconocer lo que hemos logrado.
Para mí fue como una mezcla entre carta de amor propio, reconocimiento, propósitos y agradecimientos.
Si quieres hacerlo, algunas ideas para comenzar a escribir a tu yo del futuro son:
– Listar los highlights de tu año.
– Momentos buenos y bonitos.
– Momentos complicados y retadores.
– Mayores aprendizajes y reveses.
– Cosas por las que agradeces.
– Cosas que quieres lograr.
– Cómo te sientes en este momento y cómo esperas que esté tu versión del próximo año al leer.
Hola Sofía del futuro:
Estoy en tu cama, llovió mucho hace un rato, hace frío y miro por la ventana pensando en ti.
Esta época es tan bonita, ya pasó navidad y en cuatro días es año nuevo. Acabo de leer la carta de propósitos que escribí en diciembre 2019, muchas de esas cosas siguen en la lista para el 2021 pero hemos avanzado para alcanzarlas. De verdad, se nota.
Estoy orgullosa porque en casi todas las áreas de acción hice algo para construir cimientos. Debo decir que no fueron propósitos simples, son de esos que requieren acciones diarias, toca seguirlas trabajando.
El 2020 fue una locura pero el saldo es positivo, estoy contenta con la pausa, logré mucho este año. Me siento agradecida porque estoy saludable, mi familia también. Este año volví a bloguear y leí más que nunca.
Fui más sincera conmigo en muchos aspectos, fue duro concientizar lo que no estoy haciendo bien, los pensamientos tóxicos y rutinas estancadoras. Los comportamientos repetitivos que no me dejan soltar y sanar.
Me perdoné a mí y perdoné a otros, todavía lo hago, no es un proceso terminado, probablemente dure un tiempo más y eso está bien. Por algo se empieza y este año se han notado los efectos.
Soy más responsable de mí, de mis acciones, pensamientos y emociones. Respiré profundo y repetí “aquí y ahora” un montón de veces. Seguiré, espero que lo estés haciendo, que estés agradeciendo todos los días. Que estés escribiendo todos los días, así sea un párrafo.
Sé honesta aunque sea duro, especialmente contigo misma, no le tengas miedo a ser crítica y a cuestionarte todo. Pon en práctica eso de construir un ambiente más disciplinado que se traduzca en mejores hábitos. Tengo frescas unas cuantas prácticas del libro de Atomic Habits que sueño las estés aplicando con la misma emoción con la que las estoy leyendo ahora.
¿Cómo va el plan de ahorro y la organización de los gastos? Espero que ya tengas pasaporte y hayas podido hacer el viaje pospuesto y visitado a la familia en Venezuela, sino que al menos hayas sumado más playas y lugares a tu lista.
¿Cómo vas con eso de no pensar tanto y no tomarte todo tan en serio? Muchas inseguridades se debilitaron este año, espero que te hayas deshecho de muchas otras. Háblate con amor, no te des tan duro. No te tomes personal tantas vainas, todos tienen sus propios rollos, todos estamos tratando y aprendiendo.
¿Te acuerdas de esas páginas que tenemos tanto rato pasando? Por fin di pasos firmes para dejarlas atrás y comprobé de inmediato lo que gano cada vez que respeto cada uno de ellos, por más pequeños que sean. Es duro mirar las cosas como son sin romantizarlas, pero seguro que ese romanticismo lo estás aprovechando en tus letras.
Estoy trabajando en mis reacciones, en no irme de bruces con lo primero que pienso. Hacer pausas para procesar mejor esas emociones y responder mejor. Vamos a ser más coherentes con todo eso que hemos leído, estudiado y observado. Hacer más de todo eso que ya pensamos.
Di que “no” con más frecuencia y facilidad. Sé paciente y di lo que piensas, con sinceridad y sin groserías.
Hoy celebro esto, te lo dejo por si tu memoria falla:
- Hice detox de redes sociales, de alcohol y de gente.
- Comí más saludable.
- Escribí casi todas las semanas y compartí muchísimos de esos escritos.
- Sumé otra playita al alma.
- Dije lo que sentía y eso se sintió bien.
- Practiqué entender más a los demás, con amor.
- Empecé a levantarme más temprano los fines de semana e incluso sin alarma los días de semana.
- Acepté mis días tristes y hasta los agradecí.
- De un año raro saqué inspiración para hacer más y quejarme menos.
- Tomé decisiones y dije adiós.
- Que no fue el fin del mundo, sino el fin de otras cosas.
Las cosas llevan tiempo, especialmente las que valen la pena. Pero depende de ti cuánto. Dale que tienes con qué. Un día a la vez y así sea 1% mejor cada vez.
Te amo, chama.
Sofía
27/12/2020