
Entre los ejercicios de creatividad que me propuse la semana pasada estuvo el de cómo contar la historia de mi vida, particularmente como si se tratara de una película. Esto quiere decir definir cosas como: qué diría la sinópsis, qué género sería, la trama, puntos de inflección y más o menos cómo se vería el tráiler. ¿Lo has pensado alguna vez?
Una de las motivaciones por las que me gustó esta idea de construcción cinematográfica fue una tendencia que tengo meses viendo en TikTok sobre hacer un video de 15 segundos con fragmentos de “tu vida”.
Estos clips son entonces cápsulas de personas mostrando sus momentos felices, haciendo lo que les gusta y compartiendo con gente querida. Sí, la mayoría haciendo todo eso que algunos no podemos todavía debido a la cuarentena por el Covid-19, que en Colombia ya pasó los 5 meses (la cuarentena más larga del mundo).
Podría parecer un ejercicio superficial, pero en realidad se trata de una forma de empezar a indagar, desde lo más obvio hasta lo más profundo, en esas cosas que hacen parte de nuestra esencia, porque es justo ahí donde vive (pausa dramática): la creatividad.
Por qué (me) debería contar la historia de mi vida

Tengo rato con la idea de que cuando me preguntan quién soy (esto es muy común en las películas) lo primero que me viene a la mente es responder con lo que hago: a qué me dedico, lo que estudié o mi experiencia laboral. Y sí, eso quizá sea una parte de mí pero no es quien soy, somos mucho más que el oficio con el que hacemos dinero.
Cuando nos adentramos al plan de contar nuestra historia podemos hacernos conscientes de aspectos importantes de nuestra personalidad, nuestra forma de ser y ver la vida: nuestros aprendizajes, identificar patrones, debilidades y fortalezas.
Seguramente hay muchas cosas que en este momento recordaste apenas leíste el párrafo anterior, pero créeme que hay un gran valor en poner toda esa información sobre el papel, formalizarla, darle forma, indagar en nuestro interior y definir todo eso que le da sentido a nuestra existencia, más allá de las rutinas.
Cómo contar la historia de mi vida
Dependiendo de cómo suela ser tu proceso creativo en la vida diaria o cómo sientas mayor comodidad, puedes elegir alguna de las siguientes estructuras para contar tu historia, todas son válidas incluso la que quieras agregar.
Lo importante es concentrarnos, hacer memoria y escribir con honestidad. La gran meta es identificar esos estímulos, eso que nos emociona genuinamente, que disfrutamos intensamente, lo que nos inspira.
¿Por qué? Porque siendo cada vez más conscientes, no solo de lo que nos hace felices, sino de los momentos que nos han movido y el por qué, podremos trabajar en cultivarlos e incluirlos en nuestro día a día (o no repetir errores comunes).
1. Como un diario
Este puede ser el más común, están comprobados los beneficios del journaling o de llevar un diario. En algunos casos funciona como terapia para identificar emociones, redefinir situaciones y entender procesos personales. Puedes hablar de tu pasado haciendo un diario de recuerdos, si así lo prefieres.
2. Como un cuento
Puedes convertirte en un personaje y narrar la historia en tercera persona, crear personajes complementarios o ambientes alternativos, lo importante es que en esencia toda la trama esté basada en tu historia real. Si quieres empezar con el “había una vez”, también se vale.
3. Como una lista
Si eres de las personas que hace listas todo el tiempo usando bullets o enumerando, también puedes usar esa estructura para escribir sobre ti y los momentos definitorios de tu vida.
4. Por episodios
Organiza la información por eventos o momentos específicos, atrévete a ponerle un título a cada uno, puedes hacerlo por: décadas, lugares en los que viviste, personas que te acompañaron. Habla de ¿cómo te sentiste? ¿qué pasó? ¿cambió algo en ti? ¿ganaste algo? Es casi como escribir tu biografía y empezar a estructurar los capítulos que la conformarían.
5. Línea cronológica
Esto es para las personas de buena memoria que además necesitan un orden ante todo. Puedes armar una línea temporal y empezar a contar todo cronológicamente. Ojo: no se trata de hablar de cada año de tu vida, aunque si quieres también se vale, pero la idea es enfocarte en esos momentos que marcaron etapas importantes para ti.
Algunas preguntas para responder

Elizabeth Gilbert es famosa en todo el mundo por su best seller Come, reza, ama. Sí, esa que película protagonizada por Julia Roberts está basada en un libro que escribió sobre un proceso de autodescubrimiento que atravesó en un momento de su vida.
En otro de sus libros, Libera tu magia, Gilbert asegura no solo que todos tenemos una historia sino que también queremos contarla. La autora defiende la idea de que debemos hacer un inventario de lo que la vida nos ha enseñado (puedes incluir tu formación académica) y empezar a atreverte a compartir tu punto de vista desde la creatividad.
Es importante que empieces a responder responsable y sinceramente las siguientes preguntas:
- ¿Qué te inspira? Que te hace sentir con ganas de comerte el mundo.
- ¿Qué es lo que más te apasiona? Que podrías hacer todos los días.
- ¿Qué te da felicidad hacer? Te hace sentir con vida infinita.
- ¿En qué momentos has sentido cada una de esas sensaciones?
- ¿Cuándo fue la última vez?
- ¿Cómo podrías hacerlo más a menudo?
- ¿Tienes un propósito de vida?
Este ejercicio creativo puede llevarte todo el tiempo que desees, no creo que sea uno que pueda completarse en una semana pero no se trata de una carrera, basta con empezar a hacerse las preguntas y ser más consciente de esas respuestas.
El último mes estuve haciendo un taller en el que empecé a escribir sobre recuerdos a partir de palabras aleatorias o de momentos, como la niñez. Me sorprendió verme escribiendo sobre cosas que no sabía que tenía tanto tiempo sintiendo y también recordando cosas que me dan alegría pura, que por una u otra razón ya no hago tan seguido, por no decir nunca.
La invitación es entonces a empezar a cuestionarte más, ser más consciente de lo que es realmente importante para ti porque somos humanos y es fácil distraernos, entre tantos medios para el consumo, nuestras redes sociales y tanta información junta.
Atraigamos a la creatividad
La próxima vez que pensemos en cómo ser más creativos pensemos en quiénes somos, de verdad, no es nuestro perfil de Instagram: en la historia de nuestra vida, en las respuestas de nuestras preguntas, en lo que queremos hacer con nuestro tiempo porque sí.
La inspiración puede llegar en cualquier momento, es verdad, incluso en los más oscuros pero ¿no te parece más divertido si propiciamos más momentos de atrevimiento en los que nos acompañe esa energía creadora? Creemos ese ambiente ideal en el que nos sintamos listos para recibir una gran idea.
Excelente!!!…me hiciste recordar la frase de Picasso: «La inspiración existe, pero debe encontrarte trabajando»
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Sí, a esa agregaría esta de Maya Angelou: “La creatividad no se gasta. Cuanta más usas, más tienes”. Así que hay que mantenerse en movimiento siempre!
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