
Taylor Swift nos sorprendió en medio de este confinamiento que ya tiene cuatro meses lanzando un álbum sorpresa, menos de un año después de haber sacado el último (¡hablando de aprovechar la cuarentena!).
Me resultó tan inspirador que desde que escuché el primer track sabía que era una nueva lección sobre cómo escribir un cuento. Este blog es para quienes amamos y disfrutamos crear, pero a partir de ahora quiero que también lo sea para quienes creen que no son lo suficientemente creativos o los que piensan que no pueden dar vida a nuevas formas de expresión en su vida. Porque estoy convencida de que todos somos capaces de hacerlo.
Entonces vamos con este artículo que busca dar forma a la belleza de estas canciones (como si hiciera falta) y dejar algunas ideas sobre la creatividad, el storytelling y la escritura que podemos empezar a poner en práctica en cualquier momento, por las razones que sea y aprovechando lo que tengamos a nuestro alcance.
Sobre observar, entender y escribir
Si no lo has escuchado y estás esperando un disco súper pop lleno de hits como Shake it off o You need to calm down, debo advertirte que no encontrarás eso.
Quiero empezar hablando de lo que amé de Folklore desde la primera vez que lo escuché: es diferente a lo que Taylor nos tenía acostumbrados, es íntimo y minimalista, la sencillez y hermosura de los arreglos nos dejan concentrarnos en las letras (que van directo al corazón, a menos que no tengas uno) y obvio que me identifiqué con unas cuantas historias.
Es que un mito muy común sobre la creatividad es pensar que para que una idea sea buena debe ser complicada o creada por unas mentes elevadas, cuando en realidad se trata de conectar con la honestidad y sencillez de lo que vemos a diario, esa universalidad con la que es fácil identificarnos, solo tenemos que prestar atención para no dejar que pasen desapercibidos.
La RAE define el folclore como el “conjunto de costumbres, creencias, artesanías, canciones, y otras cosas semejantes de carácter tradicional y popular”. Es el tesoro cultural que compartimos a través de diferentes expresiones y que son principalmente comunicadas por nuestros entornos, no lo aprendemos en salones de clase sino en la vida.
Para simplificarlo: es lo que nos contamos para entender nuestro lugar y cómo actuamos, de nuestra historia y consciencia colectiva, lo que construimos para dar una figura común a nuestra forma de ser y ver la vida.
Ejercicio 1: Cuenta un episodio o época de tu vida
En la canción August, Taylor cuenta sobre un amor de verano. Ella escribe en pasado ubicándonos en otra época (un mes), un tiempo diferente que se refleja en días, sensaciones y pensamientos que son más fáciles de expresar en retrospectiva.

Me encanta este ejercicio de reflexión sobre un momento de tu vida: habla de cómo te sentiste, de las cosas que dijiste o que te dijeron, de las decisiones que tomaste, de lo que recuerdas que pasó y cómo te hizo sentir, si hubo algo aprendido.
A lo largo de la canción con los arreglos musicales y las descripciones me hizo sentir en agosto, toda esa vibra de las cosas fugaces. Piensa en detalles que faciliten a otros imaginarse en ese momento y lugar sin saber lo que pasó, describe todo lo que sume a esa sensación de estar viviendo esa experiencia que quieres.
Ejercicio 2: Ponte en el lugar de otro y la situación que vive (+ momento histórico)
En medio de esta cuarentena mundial no es de extrañar que también decidiera escribir algo sobre el tema, en Epiphany asumimos que habla de los trabajadores del sector médico durante la pandemia del Covid-19.
Sin ser doctora puedo ponerme en el lugar de alguien que trabaja en un hospital atendiendo diariamente a pacientes contagiados, los turnos, el ambiente en una sala de emergencias, las sensaciones y emociones que podría atravesar alguien que esté expuesto tan de cerca a la enfermedad y la muerte.

Ponte en el lugar de alguien, imagina lo que siente, haz teorías sobre sus acciones, inventa finales alternativos. Puedes escribir un cuento sobre gente cercana o completos desconocidos, sobre un vecino que viste desde tu ventana, sobre una noticia que leíste o una canción que escuchaste.
Ejercicio 3: La carta que nunca enviaste o lo que siempre quisiste decir
Creo que todos hemos hecho de algún modo este ejercicio, no precisamente escribiendo una carta, pero quizás imaginando un encuentro en el que por fin diríamos lo que siempre quisimos a esa persona.
También las cosas que hubiésemos dicho en discusiones que de hecho pasaron, el típico: ojalá le hubiese respondido esto, eso que llega perfectamente y tan claro cuando el momento ya pasó.

Como en la canción Betty: se vale confesar, pedir perdón, dar tu versión, hacer una propuesta, hacer preguntas, reimaginar. Todo se vale y eso es liberador.
Ejercicio 4: Recrear un diálogo
Este ejercicio se relaciona con el anterior solo que va un paso más allá porque ya no se trata solo de lo que hubieses dicho tú sino también de darle voz al otro. Imaginar las respuestas y construir a partir de ese ejercicio imaginativo un diálogo.

Creo que como en la canción Exile y en todos los ejercicios de este post hay un valor sanador y terapéutico, no importa si practicas la escritura o no, simplemente imaginando los escenarios ya hay una acción que podría ser transformadora.
Ejercicio 5: Metáforas, metáforas, metáforas
Solo por repasar, vamos con la definición: una metáfora es “un tipo de analogía o asociación entre elementos que comparten alguna similitud de significado para sustituir a uno por el otro en una misma estructura”.
Imagina formas de convertir lo que ves, piensas o sientes en imágenes. A qué se parece lo que quieres describir, cómo huele, a qué sabe, qué textura tiene, cómo suena. Piensa en una forma fuera de lo normal de describir eso.
A mí me funciona ir haciendo una lista de estas características no comunes para luego profundizar en formas que me ayuden a comunicar cada una de ellas, como una tormenta de ideas sobre papel.

Mirrorball es una de mis canciones favoritas de Folklore, hablando de imágenes. Sé que estamos hablando del disco de Taylor pero no quiero perder la oportunidad de compartir una escena de Il Postino donde el personaje de Mario usa por primera vez la metáfora (por favor vean esta película, es hermosa y un tesoro para quienes amamos la literatura).
Mira adentro, mira afuera y empieza a escribir (crear)
Si alguna vez te ha llamado la atención escribir o reimaginar algo que te pasó para darle otra forma de comprensión, de forma pública o como ejercicio privado, y no te has atrevido porque crees que no tienes el talento, que no saldrá nada bueno o quizá porque terminas preguntándote para qué, hazlo. Si has sentido esa curiosidad, ¡por algo es!
Puede que tu medio no sea la escritura, puede ser la fotografía, el dibujo, la música, el humor o videos en tu Instagram. Espero que estos ejercicios te inspiren a desatar todo el poder que tienes de contar historias o comunicar tus ideas. Deja un comentario si pondrás en práctica alguno de los ejercicios para escribir un cuento o lo que sea, si tienes alguna duda también estoy aquí para ayudarte.
Felicidades por el blog y este artículo.
Un saludo.
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Muchas gracias Ernesto, bienvenido.
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